Como suele suceder,
las cosas más importantes de la vida,
son difíciles de definir
El concepto de vocación se presta a diversas interpretaciones y por tanto puede provocar confusión. Podemos usar la palabra vocación de diferentes formas, en diversos niveles. Existen, por ejemplo, escuelas "vocacionales"; se dice que alguien tiene "mucha vocación" para algún oficio o profesión; si un muchacho se sale del seminario "es que no tenía vocación". Y también hablamos de "vocación matrimonial o religiosa". ¿De qué estamos hablando?
La palabra vocación proviene del latín: vocare, que significa llamado. Sentir una vocación equivale a decir que alguien me está llamando. De otra manera no tiene sentido.
La vocación es una llamada y una gracia; está fuera de nuestras posibilidades el inspirarla y hacerla nacer.
La iniciativa es de Dios. Es una constante en las vocaciones bíblicas y lo repite Jesús: No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os ha elegido. Es necesario orar y trabajar, acoger y dar gracias, aún sólo por una vocación, observar y descubrir.
La palabra vocación proviene del latín: vocare, que significa llamado. Sentir una vocación equivale a decir que alguien me está llamando. De otra manera no tiene sentido.
La vocación es una llamada y una gracia; está fuera de nuestras posibilidades el inspirarla y hacerla nacer.
La iniciativa es de Dios. Es una constante en las vocaciones bíblicas y lo repite Jesús: No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os ha elegido. Es necesario orar y trabajar, acoger y dar gracias, aún sólo por una vocación, observar y descubrir.
Fuente: www.catholic.net