El apóstol Pablo es sin duda el personaje neotestamentario que resulta más abundante e interesante. Ni siquiera de Jesús se tiene tanta información… ¿Te sorprende?
Toda persona tiene en sí, su propio temperamento. Cada individuo se comporta de acuerdo con las coordenadas de su carácter. Y Pablo tuvo su personalidad, muy propia y original….por cierto…Tuvo que optar por irse “elaborando” su propio carácter a partir de “sus metidas de pata” y de enderezar sus propios entuertos: Su radicalismo que le indujo a tomar desiciones drásticas, su inflexibilidad que muchas veces no le hacía una persona “muy accesible” y difícil de llevar y su actitud obstinada que le hacía ver como una persona “arrogante”. Pero para alguien que quiere crecer hasta las metidas de patas, los entuertos y desatinos le enseñan a madurar.
Hay que comenzar diciendo que era un ser normal, como tú y yo… Sin embargo, por la calidad de sus razonamientos, se dice, que tenía una inteligencia que rayaba en la genialidad.
Tenacidad: Nunca se retractó ni se echó para atrás ante los problemas (2Cor 7,5) Siempre afrontaba los problemas con temple y audacia. Una persona constante que consagró su vida a la evangelización a todos. Su vida fue una respuesta a vivir siempre guiado por el “pneuma”; es decir por el espíritu Santo; que es el Espíritu de Jesús y el Espíritu del Padre.
Toda persona tiene en sí, su propio temperamento. Cada individuo se comporta de acuerdo con las coordenadas de su carácter. Y Pablo tuvo su personalidad, muy propia y original….por cierto…Tuvo que optar por irse “elaborando” su propio carácter a partir de “sus metidas de pata” y de enderezar sus propios entuertos: Su radicalismo que le indujo a tomar desiciones drásticas, su inflexibilidad que muchas veces no le hacía una persona “muy accesible” y difícil de llevar y su actitud obstinada que le hacía ver como una persona “arrogante”. Pero para alguien que quiere crecer hasta las metidas de patas, los entuertos y desatinos le enseñan a madurar.
¿Cuáles fueron sus principales virtudes?
Hay que comenzar diciendo que era un ser normal, como tú y yo… Sin embargo, por la calidad de sus razonamientos, se dice, que tenía una inteligencia que rayaba en la genialidad.
Entre muchos de los valores de Pablo, nos limitaremos a mencionar, tres más importantes:
Honradez: Pablo, siempre jugó limpio en la vida. Primero como judío, cumpliendo fielmente la ley (Hech 9, 1-2) y después como cristiano (2 Cor 11, 22-29)
Prefería mantenerse callado antes de decir imprudencias y hacer concesiones que le obligaran a cambiar el mensaje de Jesús (Hech 9, 29)
Prefería mantenerse callado antes de decir imprudencias y hacer concesiones que le obligaran a cambiar el mensaje de Jesús (Hech 9, 29)
Compromiso y solidaridad: Su vida toda era una entrega. Después del encuentro con Jesús en Damasco puso su interés en vivenciar al Cristo que llevaba dentro (Fil 1, 21) y de solidarizarse con todos; pues esta era su manera de vivenciar el evangelio y de darse a los demás (Gal 3, 26-29) Tal impulso lo llevó a exclamar: “No soy yo quien vivo, sino Cristo quien vive en mí”.
Tenacidad: Nunca se retractó ni se echó para atrás ante los problemas (2Cor 7,5) Siempre afrontaba los problemas con temple y audacia. Una persona constante que consagró su vida a la evangelización a todos. Su vida fue una respuesta a vivir siempre guiado por el “pneuma”; es decir por el espíritu Santo; que es el Espíritu de Jesús y el Espíritu del Padre.
Ante esta vida tan humana pero que quiso ser reflejo de la vida de Jesús; ¿cómo no sentirse interpelado por su ejemplo?
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