La dignidad del sacerdocio católico
(por San Alfonso María de Ligorio)
San Ignacio, el mártir, dice que el sacerdocio es la cumbre de todas las dignidades que puedan existir en este mundo. Y san Efrén subraya: ”Es un milagro admirable la inconmensurable dignidad sacerdotal”. Bartolomé Caneo escribe apoyándose en San Agustín:”Oh sacerdote de Dios. Si contemplas lo alto del cielo, más elevado eres tú… si contemplas la sublimidad de los señores terrenos, más sublime eres tu; sólo eres inferior a tu Creador”.
San Crisóstomo, recordando las palabras de Jesús:”Quién los escucha a ustedes, me escucha a mí”, escribe:”Quien honra al sacerdote, honra a Cristo y quien injuria al sacerdote a Cristo injuria”. Los sacerdotes son los dispensadores de las gracias divinas, son colaboradores de Dios. Por eso declara San Máximo de Torino que el juicio del cielo está sometido a la voluntad del sacerdote porque ”el señor obedece al siervo y todo lo que aquel indica aquí abajo, lo cumple aquel arriba”, se atreve escribir San Juan Crisóstomo.
(por San Alfonso María de Ligorio)
San Ignacio, el mártir, dice que el sacerdocio es la cumbre de todas las dignidades que puedan existir en este mundo. Y san Efrén subraya: ”Es un milagro admirable la inconmensurable dignidad sacerdotal”. Bartolomé Caneo escribe apoyándose en San Agustín:”Oh sacerdote de Dios. Si contemplas lo alto del cielo, más elevado eres tú… si contemplas la sublimidad de los señores terrenos, más sublime eres tu; sólo eres inferior a tu Creador”.
San Crisóstomo, recordando las palabras de Jesús:”Quién los escucha a ustedes, me escucha a mí”, escribe:”Quien honra al sacerdote, honra a Cristo y quien injuria al sacerdote a Cristo injuria”. Los sacerdotes son los dispensadores de las gracias divinas, son colaboradores de Dios. Por eso declara San Máximo de Torino que el juicio del cielo está sometido a la voluntad del sacerdote porque ”el señor obedece al siervo y todo lo que aquel indica aquí abajo, lo cumple aquel arriba”, se atreve escribir San Juan Crisóstomo.
Si bajase el redentor mismo a su Iglesia y se sentara en el confesionario para perdonar los pecados diría Jesús:”Yo te absuelvo”, y si estuviese sentado un sacerdote en el confesionario al lado también diría”:Yo te absuelvo”, y ambos penitentes serían perdonados de la misma manera”. ¡Qué honor sería si el jefe de gobierno le diese a alguien el poder de sacar de la cárcel a quien quiera! Pero más grande es el privilegio y el poder que el Padre le ha dado a Cristo y este a los sacerdotes de liberar a las almas del poder del infierno como dice san Crisóstomo:”Todo juicio del cielo les ha sido entregado”.
Por eso podemos comprender que San Ambrosio afirma sin dudar:”No hay en este mundo nada que sea más elevado.” O para utilizar las palabras de San Bernardo:” A ustedes los sacerdotes el Señor los ha puesto por encima de reyes y emperadores, encima de los mismos ángeles”. Continúa diciendo San Pedro Damiani:” Los ángeles están al lado de los que ellos guardan y esperan la palabra del sacerdote; ni uno de ellos tiene el poder de atar o desatar”. Se cuenta una historia de los tiempos de San Francisco de Sales. Éste había ordenado sacerdote a un joven clérigo. El santo había observado antes cómo llegado a la puerta el joven solía siempre pararse como quien cede el paso a alguien.
Por eso podemos comprender que San Ambrosio afirma sin dudar:”No hay en este mundo nada que sea más elevado.” O para utilizar las palabras de San Bernardo:” A ustedes los sacerdotes el Señor los ha puesto por encima de reyes y emperadores, encima de los mismos ángeles”. Continúa diciendo San Pedro Damiani:” Los ángeles están al lado de los que ellos guardan y esperan la palabra del sacerdote; ni uno de ellos tiene el poder de atar o desatar”. Se cuenta una historia de los tiempos de San Francisco de Sales. Éste había ordenado sacerdote a un joven clérigo. El santo había observado antes cómo llegado a la puerta el joven solía siempre pararse como quien cede el paso a alguien.
Después de la ordenación vio que ya no cedía al paso. San Francisco le preguntó al joven sacerdote al respecto y éste le respondió:”Tengo el privilegio de ver continuamente a mi ángel de la guarda. Este siempre caminaba a mi derecha y delante de mí. Pero después de mi ordenación sacerdotal el ángel camina a mi izquierda y ya no quiere pasar delante de mí por la puerta”. Algo similar enseña San Francisco de Asís: “Si veo al mismo tiempo a un sacerdote y a un ángel, saludaría primero al sacerdote y luego al ángel.”
Muchos santos se animan hasta a decir que el poder del sacerdote es mayor que el de la Virgen María. San Bernardino de Siena escribe:”Bendita Virgen María, no quiero hablar en contra tuyo; perdóname, si digo: el Señor ha elevado al sacerdocio más que a ti porque el sacerdote puede llamarte a estar presente en este mundo en la consagración cuantas veces quiere mientras que tú tenias que esperar que se haga la voluntad de Dios”.
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